Cuando pensamos en sexo extremo y sumisión son muchas las imágenes bondage que nos vienen a la mente. Por supuesto, la imaginación vuela y a veces se desborda fijando en nuestra cabeza una idea errada de lo que es el bondage.
Por supuesto, para aquellos que no disfrutan del BDSM, la mera mención de alguien que está feliz de ser controlado, humillado o sintiendo dolor, agota por completo su noción de bondage. Lo cierto es que la noción del BDSM o Bondage varía de persona a persona. Empecemos por presentar algunas imágenes literarias del bondage.
Imágenes Bondage
Imagen 1: El sumiso.
“En la cama, desnudo, ojos vendados y atado a la cama. Aunque no puede ver, está seguro de que lo observan. Se puede sentir alrededor. Se percibe en el aire. Las cuerdas en las muñecas molestan, podrían estar menos apretadas, pero tal vez no sería tan placentero. En cuanto la desnudez, realmente no puede estar seguro de que en verdad lo está. Sin el tacto y sin la vista, es difícil comprobarlo. Buscar sensaciones en resto del cuerpo es la única forma de indagar algo sobre la condición actual. ¿Solo hay una persona en la habitación? Aún así, lleno de incertidumbre, el sumiso disfruta del “casi” contacto de unas manos que se deslizan suavemente sobre su cuerpo. En algún momento logra percibir un sonido parecido a una respiración agitada que lo excita. Los pezones están tensos, el ritmo cardíaco se acelera cuando siente una especie de melaza que se derrama entre sus piernas…”
Imagen 2: El dominador.
“Está de pie, a su lado. Puede ver claramente ese cuerpo desnudo, atado a la cama, a la espera de placer sin límites. Logra percibirla la dificultad cada vez mayor que le representa la lucha por no entregarse por completo. Ese cuerpo está a su merced… está expuesto a la voluntad de cualquiera de sus caprichos y eso lo excita… ¿o la excita? Por su puesto, ver ese cuerpo retorcerse buscando cualquier señal, cualquier información disponible ya es un placer que paga la boleta. Logra detectar una leve sonrisa en los labios de ese rostro, tal vez como resultado de una inminente erección. La expectativa es lo más placentero de esta fase del juego. Pero debe terminar para traspasar la frontera del placer total.”
Como podemos apreciar, estas imágenes de bondage descritas aquí no son una sesión de tortura desproporcionada y absurda. Es importante entenderlo así para lograr descifrar el propósito principal del BDSM. No es tortura sin sentido. El placer está en ambos niveles de la cama. Tanto el sumiso como el dominador lo sienten así. Después de todo, el sadismo y el masoquismo son dos caras de una misma moneda. La moneda del placer que, a veces cuesta tanto ganar.
Las posibilidades en adelante, a partir de estas imágenes, son ilimitadas. Ellos, como nosotros, que los atisbamos a la distancia, desde el terreno de la fantasía y la imaginación, sienten placer con la sola evocación de estas escenas.